A LOS AMIGOS DE SETENTA…Y MÁS.
“Cuando tuve, yo te tuve y te mantuve… Hoy no tengo…”
Aquellos respetables miembros de la tercera edad que a la fecha, aún se trasladan por su propio pie, con clasificación de clientes “premier” en el sitio oficial de reuniones, identificados como los jóvenes de la “extrema edad”, acostumbran llegar y tomar asiento en la mesa reservada, ubicada bajo la sombra de un frondoso guayabo. Piden pollo asado y papas fritas, infaltable botana que es consumida con cervezas servidas en el característico “balde” rebosante de hielo.
Este grupo de respetables sobrevivientes del siglo antepasado, es también conocido por los asiduo asistentes y sedientos parroquianos, como “la mesa del recuerdo” por aquello de qué, en la plática grupal, frecuentemente repiten: “Recuerdo”, cuando antes, podía.., me “acuerdo” cuando me “encaramaba” y aún cumplía… “recuerdo” a mi novia de la Preparatoria... Ahora, ahí, sentaditos, nostálgicos, bajo el reverdecido guayabo, qué por supuesto es lo único que allí reverdece, les resulta imposible a estos náufragos del tiempo, evitar una que otra lágrima furtiva al invocar lejanos placeres, casi olvidados…
Así las cosas…, les cuento, -mitotero que es uno-, qué un distinguido y bromista integrante de tan peculiar “Grupo senil”, en su carácter de asesor oficioso, tuvo la ocurrencia de convocar a los “jóvenes del antier”, para que recibieran un curso especial, denominado “SUEÑA”, relacionado precisamente con el escaso o el agotado vigor sexual y en el cual, recibirían especiales orientaciones en cuanto a las apetencias siguientes:
Quieres beber…. Bebe.
Quieres cantar…. canta.
Quieres declamar…. Declama.
Quieres orinar…. Orina, (si puedes).
Quieres soñar…. Sueña.
Quieres sexo…. sueña...!!
Resultó qué al concluir el curso, hubo preocupación de familiares y sobre todo, de los amigos qué todavía presumen comportarse como sujetos activos en el “quehacer” de lo que “ya se imaginan”, toda vez que la mayoría de los longevos “pasivos consuetudinarios” de lo que “ya saben”, después de haber asistido y participado en el riguroso análisis científico del tema, que por cierto, prometió otorgar a los “viejitos”, el debido control mental para que controlaran la inapetencia sexual que padecían, y desde entonces, se han consagrado, con inmoderado afán… a soñar, a soñar, soñar, y así.., llevan días soñando, soñando… y lo que preocupa es.., que nadie quiere despertar…!!
SALVADOR ANTONIO ECHEAGARAY PICOS.
Autor.
Y miembro activo del grupo.
Salvador Antonio Echeagaray Picos. Culiacán, Sinaloa, Mex. Autor, Cronista, Magistrado en Retiro.
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